Perdón

Entré y fuiste lo primero que vi. Fue inevitable; estabas justo detrás de la puerta y fuiste lo primero que golpié, y sólo gracias a tus buenos reflejos te mantuviste con vida. Después de que las ondas del sonido terminasen de advertirle a cada uno de los que se encontraba en la sala que Yo había llegado, y luego de que la sangre se encargara de delatar mi vergüenza, me deslize hasta la silla y me senté. Te miré con la mayor personalidad que jamás haya tenido en mi vida y dije: "Perdón". Me voltié casi en seguida (la clase ya había empezado) y tú sólo alcanzaste a sonreír, y con eso me bastó.

Llegué muy temprano (en realidad como 10 minutos antes.....La eternidad!!) y sólo me senté a esperar en el pasillo a que la sala se desocupara y comenzara mi curso. Llegaste temprano como yo, pero no sólo, por lo tanto te pusiste a conversar con él. Te miré, corrí la cara y sentí que me miraste, o al menos eso le pareció a mi vista periférica. Tu amigo fue al baño. Mi pie cojo y el calor se encargaron de eliminar toda chance de conversarte. Así que para evitar la incómoda situación tomé mi botella, gire la tapa, la retiré, me dispuse a tomar agua y de la nada aparece un acróbata estudiante corriendo (espero que por su vida) muy cercano a la orilla del pasillo. Por supuesto no me vio, y de la nada el destino pareció creer que me faltaba una ducha o tal vez sólo refrescarme un poco, o quizás pensó que mi ropa estaba sucia!. En realidad no importa lo que le parecía al destino sobre mí, mi botella y el acróbata. Lo que importa es que casi cayó sobre mi, por suerte quedó estupendamente sentado a mi lado.

Luego de que las gotas de agua terminaran su intento por alcanzarte, el acróbata me miró con la mayor personalidad que jamás el haya tenido y me dijo: "Perdón". Yo sólo sonreí, o más bien reí, y dije: "Que acróbata! No importa, de todos modos quería tomar agua"

Me sentí igualmente avergonzada que él. Entonces pensé lo díficil que había sido tu sonrisa en la clase anterior, cuando casi te maté. Te miré igual de roja que la primera vez y mientras el acrobáta emprendía su fuga, tu me sonreiste y dijiste simplemente "Hola".