Sunday, November 26, 2006

Perdida

Camino, corro, navego por la calles con un claro destino, pero sin un claro objetivo.
Sonrío, me río, alegre por la vida sin muchas veces sentirlo.
Lloro, me angustio, triste, siempre sin saber muy bien porque.
Ordeno mi pieza, me molesta tanto, me ha molestado todo el último tiempo, nunca consigo que quede decente, siempre tiene caos.
Cumplo, con los compromisos adquiridos, sin mucho fruto, sin recibir mucho de vuelta.
No me importa la moral últimamente, ni ser una buena samaritana, sólo quiero recibir de vuelta, algo que sea. No me importa menos preciar las cosas, necesito que sea mucho de vuelta! como para que sea apreciable, y al menos, por un minuto hacerme reír por dentro y de verdad.
“Tiene que tener dos días de reposo, y luego caminar lo menos posible”
Los doctores no entienden mucho de las enfermedades, solo son muy sabios en la cura de los síntomas. Le dije que me muevo mucho, que digamos estamos en una etapa apretada del año, hay mucho por hacer.
Solo sábado y domingo tengo donde poder pasar los dos días con el pie en alto, sólo sábado después de las 3 de la tarde, y hasta el lunes a las 9 am.
Que se supone necesito descanso, que se supone falta tan poco para ello, porque entonces yo lo veo tan lejano.
Seré millonaria, lo suficiente como para fugarme lejos a Machu Picchu, y no.
Como es que algo que es lo que más soñé en mi vida, aún no puedo hacerlo! Ya no se bien que es lo que me detiene, ya no es la plata, ya no es la edad, ya no es nada, que sigo haciendo aquí en Santiago?
Claro, la casa. Lo único que más espero son las vacaciones, parece que tendré que sentarme, de pie me voy a cansar.
Tanto que planeo con el dinero, que tendré tanto a tal fecha, un poco más después, y al fin y al cabo, ni lo usaré.
Tanto que conservo en mi mueble, tantos recuerdos y detalles, cosas que solo cuando hago el aseo profundo del semestre aparecen, y que poco valen ya a estas alturas, si las personas de todo modos se fueron, y los recuerdos poco a poco lo harán.
Llevo tiempo diciéndolo, estoy en una vorágine que me aleja de todo, y me lleva en su propio rumbo. Cada vez me alejo más de todo, hasta de mi.
Cuántas cosas he perdido, cuántas personas me habrán ya olvidado, que el mejor amigo, que la mejor amiga, que el conocido de aquí, que la señora de allá, en realidad bien poco tengo, bien poco conservo tal cual. No tengo ni donde descansar el pie en alto, “Que no te cuidas nada” Pues donde lo hago, en el living?, ya sé, mejor me encierro en el baño.
He tomado decisiones que no fueron tan buenas, o no del todo, debí irme a vivir a Renca, lo volveré a pensar de todos modos, y obviamente a consultar con mi tío. Quizás me crea y acepte la propuesta otra vez.
Llevo demasiado tiempo perdida, que ya no se que tanto quiera encontrar el camino que olvide, las personas que me acompañaban, los recuerdos que mantenía, las cosas que guardaba, así de perdida ya no tienen sentido. Ahora busco entre la espesura una pequeña senda, y me conformo con que prometa al menos dos kilómetros, para que así tenga camino suficiente para volver a encontrar lo que perdí, de otra forma y de otros modos, pero que sea capaz así, de entonces volverme a acompañar y que esa compañía me invite de vez en cuando a sus rutas y estoy segura que de ese modo, los dos kilómetros serán la eternidad.