Desencanto

A veces las cosas figuran sumergidas bajo nuevos rostros que parecieran haber estado siempre, que parecieran ser así.
Uno escucha cuentos de un pasado que se ve tan lejano y que suena tan extraño que hasta asusta.
Pero no se sabe de miedo, hasta que se descubre que los cuentos eran ciertos, y que hay evidencias por todos lados.
Una ingenuidad pura era lo que se tenía, y una inseguridad dura es la que se obtiene.
Si el cuándo se obtiene es una difícil pregunta, más aún lo es el cuando se acaba.

Los cuentos también dicen que la inseguridad es eterna, que se puede aprender a vivir con ella. Mas también dicen que es posible jamás sentirla. Quisiera existiera un punto intermedio.

Cuando las fuentes de la inseguridad son difusas, es bastante fácil olvidarlas. Pero cuando la fuente de la inseguridad tiene nombre y apellido, adquiere vida y se vuelve un ir y venir constante, dependiendo de si se te presenta o no. Cierta parte de ella es real, mas hay otra mucho mas importante, que obedece a una acumulación de inseguridades, que quizás poco se relacionen con la misma.

Cuando los fantasmas te invaden, es muy difícil volver a sepultarlos, cuando son fuertes y tu protección débil, cualquier trizadura termina por romperte.

Solo queda cerrar la boca, levantar la vista, guardar las lágrimas y continuar, y cambiar de rumbo cada vez que la inseguridad este cerca.

Sí, se conoce el miedo, se reconoce justo en el nombre y apellido de tu inseguridad, se escribe en cada letra que con respecto a ella se mencione, y lejos lo más difícil es que tu protección es quien le permite pasar.
Tu escudo protector de pronto se vuelve traslucido, se esfuma con el humo de un cigarrillo, se pierde en la transpiración de una botella, se va.

Es entonces el peor momento.

Mientras tu inseguridad se hace cada vez más latente, tu escudo decide acercarse a ella, con el ingenuo pensamiento de ayudarte a dominarla. Entonces todo termina, ella gana.

Solo queda cerrar la boca, correr la vista, dejar las lágrimas para tu almohada y alejarse lo más posible de todo cuánto incluya tu inseguridad aunque ello implique dejar parte de tu escudo atrás.