Jota llamando...
Hoy te ví con otra, te atravezaste abruptamente en mi mirada y mi rumbo tomado del brazo de otra.
Mis pasos solos se torcieron y desvié el camino, pero en un arranque de valentía, masoquismo o quizás curiosidad, lo retomé y caminé justo detrás de ti. Volví a sentir tu olor, tu aire, tu calor, pero sentí también que ésta vez no eran para mí.
Miré minuciosa pero rápidamente a tu acompañante. De mi altura, pelo teñido castaño claro, casi rubio ceniza, usaba lentes y llevaba un tomate de peinado. Traté de buscar cualquier signo que se pareciera a mí, por albergar la esperanza de sentir o creer que me buscabas en ella, pero lo único similar fue algo tan vago que me oprimí.
Luego te miré a ti, con ropa ejecutiva y un nuevo bolso, gris con extrañas aplicaciones de rojo fuerte. De abrigo semi-largo y pantalones café claro. Con el pelo corto, muy corto, casi al cero. Con la misma cara triste de siempre, no te ví sonreir.
Por segundos pensé, es una amiga, es su prima, o su jefa ¿Habrás vuelto a trabajar a ese lugar? ¿Será ella tu jefa o la conociste en una calle del centro?
Ya casi llegamos a la esquina y te detienes, en ese momento suena mi celular, me detengo también, te giras mirándola a ella y le dices algo, se sueltan y se quedan allí, sigues girando pero también giro yo..... es él!!!
Todos los enredos de plata se habían solucionado, fue su tonta compañera que olvido un papel, admito que siento celos y desconfianza de ella. Va a seguir trabajando y está feliz, y con ello lo estoy yo también. Se compró ese aparato que tanto quería y me describió una a una las maravillosas características que tenía. Hicimos una apuesta, primera que consigo que hagamos (él nunca hace apuestas), insiste en que el 23 no es feriado, yo le insisto en que sí. Mirando un calendario y sabiendo que ganaré apostamos un chocolate y un beso, en donde el ganador lo desee. Ya vuelve su jefa, tenemos que cortar, se despide con un Te Quiero (el primero espontáneo de su parte) y un beso, yo igual.
Me voltéo y ya no estás, todas las lágrimas que en un principio se arrinconaron en mis ojos desparecieron, y me di cuenta de que sonreía.
Justo antes en la micro me acordaba de tí y pensaba también el él. Justo antes me preguntaba si alguna vez te olvidaría y me enamoraría de él. Ahora entiendo porque el destino hace las cosas, la de hoy fue la última intromisión tuya en mi vida, y creo que fue la más corta.
Quizás te vuelva a ver, sólo, con ella o con otra, quizás vuelva a sentir lo mismo, el mismo rubor e indesición. Quizás mis lágrimas alcancen a sumarse en mis ojos, pero (por hoy al menos) se que tu vida continuó, que vagamente te debes acordar de mi, y que si lo haces soy un mal recuerdo, como lo eres tu para mí.
La buena noticia es que yo sonreía y mucho, no se si por hablar con él o por voltearme y no encontrarte, pero descubrí en medio del gentío que mi vida también continuó y que de hecho va viento en popa, porque cada vez él me conquista más y confío en que me hará olvidar y hasta perdonar.
Si todo sigue tal cual, me faltan 5 años para terminar de estudiar. Si volviste a trabajar ahí y sigues muchos más, existe gran posibilidad de que todo vuelva a pasar y nos volvamos a encontrar, pero me siento segura ya que sé que el teléfono, mi celular, volverá a sonar y tu te volverás a perder entre la multitud con otra, mientras yo giro para escuchar mejor su hermosa voz.
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